Había una vez un hombre llamado Roberto qué trabaja en el puerto de Punta Arenas él era mecánico de un barco internacional hasta que un día lamentablemente él quedó cesante y por desgracia toda su familia estaba en el norte y no tenía dinero para poder viajar. Al pasar el tiempo le dio hambre y no sabía que comer. El ero muy humilde y le daba vergüenza pedirle dinero a la gente y por lo tanto se la escondía. Hasta que a lo lejos vio un letrero que decía: ``se necesitan trabajadores para vender chupilca urgente.´´
El entro al local y preguntó sobre el aviso de afuera y que debían hacer para poder trabajar ahí y le dijeron: nada solo las ganas de vender y sabiamente que te gusten las chupilcas, mmm dijo Roberto, entonces ¿estoy contratado? Pregunto. Jajajajaja, el hombre solo rio.
Gracias a Dios Roberto, pudó viajar al norte, tuvo trabajo y dinero para ver a su familia y para poder vivir. Siempre trabajo vendiendo chupilca y en algunos años más, va a tener un negocio al cual le va llamar: `` la chupilca de Roberto´´
De: Barbará Ulloa
Reescrito: Tomas Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario