Un día sábado cuándo era chica, estaba mi abuelita, mi hermanita y yo, ese día estaba haciendo humitas, yo y mi hermana ayudábamos a mi abuelita a hacer humitas. Cuando vi un ají pensé que era un pepino, pero no, era ají, cuando le di un mordisco al supuesto pepino me ardía la boca, gritaba como una loca, mi abuelita me agarraba y me echaba agua, sal, vinagre de todo con tal que se me pasara. Mi abuela me agarró y le dije una insolencia, pues corría para todos lados, gritaba, estaba demasiado desesperada, solo quería que me parara de arder mi lengua, fue divertido. Hasta hoy nos acordamos, porque parecía un corre camino, ese día me dijeron “de tal palo tal astilla”.
Autor: Daniela Figueroa (8º A)
Reescrito por: Andrés Villarroel (6ºA)
muy buena historia Daniela
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